Al atardecer sienten irresistibles deseos de comer harinas y golosinas y aun sin hambre las ingieren...
El ritmo Circadiano de la serotonina
y los impulsos adictivos.
Los obesos no comen voluntariamente, sino obligados por
fuerzas adictivas que se apoderan de ellos y les imponen el consumo de
carbohidratos a las horas que mas engordan. Este comportamiento, tan típico de
los obesos, se debe a las oscilaciones que presenta la serotonina cerebral a lo
largo del día.
Esta sustancia química posee efectos antidepresivos, y su
secreción fluctúa repetidamente cada 24 horas, recibiendo la denominación de
ritmos circadianos, es decir, ritmos que se repiten cada día.
La secreción de la serotonina está controlada por dos
regiones cerebrales: el hipotálamo y la glándula pineal, también llamada
<<el tercer ojo>> que funcionan al compás del día y de la noche; en
concordancia con los rayos de luz y la oscuridad.
La serotonina se mantiene elevada durante gran parte de la
noche. Al amanecer, inicia un descenso paulatino y alrededor de las cuatro de
la tarde, los niveles de serotonina sufren una brusca caída.
Como esta sustancia tiene efectos antidepresivos que
confieren alegría, felicidad y tranquilidad su descenso al atardecer ocasiona
tristeza, sensación de soledad, desamparo, ansiedad y nerviosismo.